lunes, 24 de agosto de 2009

UNA MEDALLA.

Han pasado treinta años,
treinta años de maestro
y empuñando firme el cetro,
sin hacerle a nadie daño.

Haz hecho un gran camino
y en su paisaje castillos,
sin poseer yunque ni martillo,
forjaste tu propio destino.

Ha pasado mucho tiempo,
dejaste atrás tu juventud,
pero esa fértil virtud,
te han hecho un monumento.

Formando hombres y mujeres,
primero que buenos estudiantes;
la vida premia, sin dar diamantes
y da frutos, aunque no te enteres.

Tu tesón, empeño y constancia,
han sido tu mejor bandera;
cual soldado valiente en su trinchera,
sin mostrar un signo de jactancia.

¿Recuerdas tu primera clase,
cuando decidido te enfrentaste,
a esos niños y despertaste,
el interés por superarse?

El tiempo pasa y la vida sigue,
seguramente estarás conforme,
de portar orgulloso tu uniforme,
saboreando feliz lo que se vive.

Siempre altivo y en batalla,
recordando hoy tu inicio,
quiero ahorita hacerte un juicio,
pero para entregarte, esta medalla.

No hay comentarios: