viernes, 18 de septiembre de 2009

PRÓLOGO: ANTOLOGÍA DE POEMAS ESCOLARES.

Su vocación profesional y su afán de superarse en el magisterio, son aptitudes que se conjugan en el pensamiento y en el espíritu de lucha del joven maestro rural, Rogelio Álvarez Cantú, para concebir esta Antología Infantil – tan bucólica como de pupitre-que la escribió en su tránsito por diversas escuelas de comunidades ejidales, enseñando a hijos de campesinos.

Todavía son versos en tallo verde, pero no se quiebran porque son producto de la fuerza de voluntad e inspiración profunda del joven poeta que los escribió por primera vez en Las Llanuras de Sotavento, donde la brisa suave y tibia que los acaricia, es el vehículo que los transporta al buen gusto literario de maestros y niños en edad escolar.


Siempre ha sido importante y bello escribir temas relacionados con los niños, tal vez por eso al leer este florilegio campestre de Álvarez Cantú, recordamos “La edad de Oro” de Martí, aquella revista fundada en 1889 por el Apóstol cubano, que dedicaba a todos los niños de América; también el precioso poema “Fusiles y Muñecas” de Juan de Dios Peza y recientemente, el importantísimo libro, “Como Formar Buenos Hijos ¡ Y Buenos Padres! ” del Dr. José Novoa Bodet.

Por lo tanto, es justo reconocer que esta obra, es una invitación para que maestros
y alumnos, se adapten –yo diría- a este moderno método, donde el niño tendrá que aprender cantando en magnífica simbiosis de ciencia y arte. No han sido inútiles los diez años de dedicación y estudio del maestro tamaulipeco en Las Llanuras de Sotavento veracruzanas, donde vio florecer, como en un búcaro de gardenias, su numen poético.


Dr. Salvador Navarrete Gómez


lunes, 7 de septiembre de 2009

HÉROES ANÓNIMOS.

A los que siempre su presencia,
ni los conoce ni recuerda;
a esas huellas que no se pierdan,
lo que en los libros son ausencia.

La vida ofrendaron valientes,
sin pensar en congelar escenas;
ni lugares o fechas por buenas,
los alentaba sangre combatiente.

No aparecen nombres honorarios,
esas hazañas reales y cruentas;
hubo sudor, sangre sin afrenta,
yo los recuerdo a un bicentenario.

domingo, 6 de septiembre de 2009

ESA ES MI TIERRA (Nueva Apolonia)



Entre huizaches y mezquites
se impone un gran castillo
y de Santa Apolonia un lazarillo
fundó lo que es mi estirpe.

Defendiendo sus derechos
de importantes latifundios
convenciendo sin infundios
manteniendo firme el pecho.

Esos viejos valientes y sagaces
lograron reconocimiento
aunque hubo sufrimiento
triunfaron por audaces.

Sus casas precarias y rústicas
dieron abrigo y fortaleza
clara visión y la certeza
de su seno con gran acústica.

Sus tierras de agricultura
florecen como perlas
da gusto nomás de verlas
aún de paso con la premura.

Ahora engalana a la región
y a la zona temporalera
luciendo fértil su pradera
con granos de exportación.

Su escuela de preescolar
en la entrada la primaria
en Los Aztecas la secundaria
sólo faltan ganas de triunfar.

Con sus calles bien anchotas
se camina muy tranquilo
uno que otro con estilo
porta fiel sombrero y botas.

Esa plaza fundadores
el área del castillo
y el lienzo dan el brillo
orgullo a los pobladores.

Esas fiestas tradicionales
de septiembre cinco y seis
de la región son la ley
atrae turismo a garrafales.

Los reparos del “Requesón”
también los del “Jarocho”
con las reatas sin un ocho
el “Greñas” les da un jalón.

Esa banda en la tarima
tocando furtivamente
esos payasos dan el frente
a la muchacha que amadrina.

Las carreras de caballos
los juegos de argolla
la “Araña” y Los Chagoya
gustosos con los Ceballos.

Los recuerdos van quedando
de Chéfero en la bomba
luego Varo es el compa
cedió a Meche mañaneando.

Ha prosperado la Nueva
hasta Ganadera tenemos
el IMSS que más queremos
bachillerato, es otra prueba.

Esa junta de mejoras
que ilumina bien las calles
más obras, no me fallen
este pueblo se los implora.

Poco a poco se anda lejos
de esos años sesenta
esos inicios en mi cuenta
son cimientos de los viejos.

Adelantito del puente “Cachas”
reposan ahí sus restos
sin duda fueron años cruentos
pero era gente que no se agacha.