A los que siempre su presencia,
ni los conoce ni recuerda;
a esas huellas que no se pierdan,
lo que en los libros son ausencia.
La vida ofrendaron valientes,
sin pensar en congelar escenas;
ni lugares o fechas por buenas,
los alentaba sangre combatiente.
No aparecen nombres honorarios,
esas hazañas reales y cruentas;
hubo sudor, sangre sin afrenta,
yo los recuerdo a un bicentenario.