Muy pensativo quedé,
cuando el maestro preguntó;
los alimentos que me desayuné,
pues casi me espantó.
Quería medir las calorías,
de la comida consumida;
le dije: carne, leche fría,
pan, queso,¡Qué comida!
Me contestó – felicidades,
te nutres mucho, qué alegría;
sin saber mis falsedades,
pero eso, yo sólo lo sabía.
Midió las calorías y dijo:
coman como este niño;
hizo no sé que enredijos,
hasta me dio cariños.
Sin saber que tempranito,
con la toalla me lavé la cara;
tomé el desayuno muy rapidito,
sólo era azúcar y un vaso de agua.
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