lunes, 24 de agosto de 2009

MI DESAYUNO.

Muy pensativo quedé,
cuando el maestro preguntó;
los alimentos que me desayuné,
pues casi me espantó.

Quería medir las calorías,
de la comida consumida;
le dije: carne, leche fría,
pan, queso,¡Qué comida!

Me contestó – felicidades,
te nutres mucho, qué alegría;
sin saber mis falsedades,
pero eso, yo sólo lo sabía.

Midió las calorías y dijo:
coman como este niño;
hizo no sé que enredijos,
hasta me dio cariños.

Sin saber que tempranito,
con la toalla me lavé la cara;
tomé el desayuno muy rapidito,
sólo era azúcar y un vaso de agua.

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