Indio de raza pura,
de su tierra oaxaqueña;
ejemplo del que se empeña,
sin poseer una cultura.
Huérfano de ambos padres,
siendo aún un niño;
ni la falta de cariño,
impidieron fuera respetable.
Ya adolescente aprendió,
con entusiasmo el español;
que Salanueva le inculcó
y que muy pronto dominó.
Su fuerza de voluntad,
lo hizo un hombre preparado;
escogió ser abogado,
apegado a la verdad.
Muy pronto marcó su pauta,
por su entrega y vocación;
ajeno a la sumisión,
inspirado en su tosca flauta.
Hombre férreo, culto, capaz,
en su arenga lo demostró sereno:
“El respeto al derecho ajeno,
entre pueblos e individuos, es la paz”
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