Pronunciar mi lenguaje,
no es cosa dramática,
si conozco la gramática,
llenaré mi equipaje.
Conoceré a sus hijas,
que vi en el diccionario,
pues las veo del diario
y al escribir lagartijas.
La ortografía enseña,
la escritura correcta,
a superarte te reta
y jamás te desdeña.
La sintaxis persigue,
el enunciado correcto,
que el predicado y sujeto
concuerde, eso pide.
Y si alguien te odia,
por acentuar incorrecto
y pronunciar imperfecto,
estudia la prosodia.
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