sábado, 22 de agosto de 2009

MAESTRO.

Cuando cumplas con amor,
tu labor incomparable
y te salgas del salón,
sin dejar de ser responsable.

Cuando en tu programa incluyas,
dar un poco más a tus pupilos
y si el cansancio no te arrulla,
analízate…te sentirás tranquilo.

Cuando veas con esperanza,
a esos niños pies descalzos
y recuerdes con añoranza,
que recorriste los mismos pasos.

Cuando salgas satisfecho,
por haber cumplido un deber
y veas que el camino va derecho,
continúa, no lo vayas a perder.

Cuando tu trabajo lo realices,
con mucho gusto y vocación
y veas a los niños muy felices,
dispuestos a cumplir con su misión.

Cuando sientas que no fue en vano,
ese esfuerzo tan grande que hiciste
y si un niño o niña te da su mano,
es un tesoro que tú esculpiste.

Entonces, te sentirás conforme,
porque tu labor no fue un secuestro;
porta orgulloso tu uniforme,
porque en verdad, ¡Sí eres maestro!

No hay comentarios: