sábado, 22 de agosto de 2009

MADERO.

Hijo de padres acaudalados,
preparado en el extranjero;
siempre sencillo y muy sincero,
ayudando a los desamparados.

Nunca pudo saborear pobrezas,
pero era de ideas muy justas;
era como el ser que buscas,
por sus dotes de grandeza.

Sólo buscaba igualdad
y quitarnos esa gran desgracia;
pues para él la democracia,
era su bandera y su verdad.

A pesar de muchos tropiezos,
nos dio ese gran ejemplo;
ese ideal fue su templo,
aniquilando a los perversos.

No quiso más la reelección,
para demostrar que se puede;
pues si algo no se mueve,
nos traerá la perdición.

Ahora que decimos tener,
la libertad como gracia;
el apóstol de la democracia,
marcó el camino para vencer.

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